sábado, 14 de marzo de 2015

DESCUBREN EN CANTABRIA UNA CUEVA MAS ANTIGUA QUE ALTAMIRA

Mucho antes que Altamira...

  • Descubren en una cueva de Cantabria pinturas rupestres de hace 28.000 años

La cueva Aurea Nota, donde se han encontrado estas pinturas, se sitúa...
La cueva Aurea Nota, donde se han encontrado estas pinturas, se sitúa en el Desfiladero de La Hermida, sobre el coto de pesca denominado El Infierno, a unos 50 metros sobre el río Deva. Gobierno de Cantabria

     
Fueron dejadas allí por hombres y mujeres que habitaron la zona que hoy pertenece al municipio de Peñarrubia hace aproximadamente 28.000 años, durante el Paleolítico Superior. La cueva Áuria, llamada así por la mujer que hasta los años 80 la utilizaba para guardar sus cabras, esconde en su interior un tesoro que los expertos aún no alcanzan a valorar.
"No todos los días se descubre un museo", aseguró el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Serna, tras hacer público el pasado jueves el descubrimiento de las pinturas. Para el Gobierno autonómico el hallazgo refuerza la condición de Cantabria como "capital europea del arte paleolítico".
En la comunidad existen más de 60 cuevas con pinturas de este periodo, 10 de ellas catalogadas como Patrimonio de la Humanidad. Las pinturas de la cueva Áuria serían, según las primeras valoraciones, anteriores a las de la cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del arte paleolítico.
Una de las figuras encontradas en las paredes de la cueva. 
Su interés científico, según las primeras valoraciones, es muy elevado: la cueva Áuria es la primera cavidad con arte rupestre del periodo paleolítico que se ha documentado en el sector cántabro del valle del río Deva. Confirma, además, la existencia de uno de los asentamientos humanos más antiguos en el interior de la comunidad.
Las pinturas llevaban ahí miles de años, pero no vieron la luz hasta el pasado 3 de marzo, cuando el presidente del Club de Espeleología de Sabadell, Manel Lleras, y su mujer, Raquel Hernández, dieron con ellas mientras exploraban el interior de la cueva.
Las figuras principales se encuentran en la sala más profunda de la gruta. Son dos composiciones geométricas que fueron trazadas aplicando el colorante con la yema de los dedos. La primera de ellas es un signo vertical, de forma ondulada, que se bifurca a partir de una hilera de puntos dando lugar a una figura de aspecto fusiforme. En la misma sala hay otra hilera horizontal con forma de arco, un punto aislado y varias manchas de color, todas en tono rojizo.
En la pared izquierda del pasillo que asciende hacia la entrada se puede ver un disco de color rojo, realizado mediante la técnica del soplado. Más arriba, en una concavidad situada frente a la entrada, se ha encontrado una composición muy compleja, que combina formas geométricas de disposición horizontal y vertical.
Las últimas figuras se encuentran en un pasillo angosto que comunica con el vestíbulo. Allí pueden apreciarse varios puntos y manchas de color rojo. Son difíciles de distinguir a primera vista, pero anuncian la presencia de otro panel de considerable complejidad. Al encontrarse más hacia el exterior y, por tanto, más expuestos, han sufrido un mayor deterioro que las pinturas del interior de la gruta.

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